Viene de Lecciones de “malwareterapia”: disparen contra ese fantasma - parte 1 .
“¿Cuáles son
los requisitos básicos para ser un hacker? A lo mejor estoy aquí... hable y hable y resulta que ni los cumplo, ¿no?. Si yo estuviera en tu lugar me aseguraría
primero de que el pendejo que tienes enfrente se atreviera a comprobar todo lo
que está escupiéndote desde hace 2 horas. ¿O qué opinas? Sea como fuere, voy a
quedarme sin saber tu opinión, si no ¿con qué confianza te puedo seguir
contando mis medias verdades? La gente se pasa la vida contándose mentiras para
que pasen por verdades cuando es mucho más divertido hacer lo contrario. La
verdad ataviada de mentiras para que te la atragantes con ganas. Aunque déjame decirte que una buena mentira
puede hacer realidad los sueños más estrafalarios. Una buena mentira te podría
meter en la cama de la mujer más buenota del mundo. Tú mismo nunca vas a
imaginarte qué clase de mentiras de mierda te trajeron al mundo.
No está bien
que lo diga, pero creo que el problema entre el mundo y yo no está en que él es
muy normal y yo muy… muy hacker. Digo, cuál hacker no mames. La bronca que
te quiero hacer notar es que el sacerdote y la puta no se llevan. Yo no soy una
puta… aclaro, pero si soy un mustio ogt. Y también piruja wannabe. Y chilango
wannabe. Y un blackhat wannabe. Con todas esas medallitas ya colgando de mí,
¿no sabrías diferenciar inmediatamente a un tipo medianamente decente y normal,
aunque fuera un decente wannabe, de tu servidor?
¿Sabes lo que
le pasa a un sacerdote que cae en la tentación de las putas? Que termina en el
averno. Y cada persona que se junta conmigo la aterrizo derechito ahí. Yo la
verdad no estoy interesado en joder al mundo, aunque parezca totalmente lo
contrario. Porque en primera yo no quiero ser una puta, y menos otras cosas
digamos… malsanas, pero después del blackhat para mí no hay tantas profesiones
disponibles. Al mismo tiempo, mi constante enfrentamiento con mi entorno es la
prueba viva de que yo tengo no sé, ciertos talentos. Sé muy bien cómo deshacer
a los hombres, cómo corromperlos y sobornarlos desde atrás de mi monitor. Pero
todavía tengo que probar que puedo hacer todo eso, sin lana de por medio.
Te lo pongo
sencillo: El demonio dentro de mí necesita probar su kryptonita. “No quiero”
ser una puta ya lo había dicho, sino el villano, el super villano. Ser villano
es mil veces preferible a ser puta, y con este corazón roto por los años ya no
puedo ser otra cosa. Además con las habilidades que he desarrollado sólo puedo
convertirme en dos cosas: villano o pendejo. Como soy mustio ogt, mala persona y diablito, no me puedo inscribir más que en el primer club.
No dudo que en
tu mundo de florecitas, la noviecita, la casita y ponys rositas tengas
muchísimas opciones, pero en la calle sólo hay una: survival. La tomas o la
dejas…”
(Charlando con un Gray Hat en la Campus Party 2014, Cómo
hackear a una mujer, Zapopan Jalisco, México; Junio 2014,
Seguridad/Redes).